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El auto, protagonista de la muerte de Fanny. Y la madre de la desafortunada joven no baja los brazos y sigue exigiendo justicia.
Cristian Aldao, el joven que había sido condenado a 11 años de cárcel por haber atropellado y matado en el 2004 en Haedo a una joven y haber provocado graves heridas a otra, fue beneficiado por la Suprema Corte bonaerense que modificó el fallo y lo condenó por un delito más leve, generando una gran polémica por considerarse un fallo extremadamente injusto. El abogado defensor de Aldao, Roberto Babington, aseguró a Télam que la Suprema Corte provincial condenó al conductor por "homicidio culposo en concurso ideal con el delito de tentativa de homicidio simple", con lo que revocó un fallo anterior del 2009 de Casación que había considerado que se trataba de un "homicidio simple con dolo eventual". La Suprema Corte ordenó que la causa pase nuevamente a un Tribunal Oral que será el encargado de fijar un nuevo monto de pena para Aldao, quien actualmente permanece alojado en la Unidad Penitenciaria número 39. El hecho ocurrió a las 7 de la mañana del 25 de diciembre de 2004, cuando Gloria Estefanía Fanny Domínguez y Natalia Becerra, más otros tres amigos, volvían a sus casas tras celebrar la Navidad y fueron embestidas al cruzar la calle por un auto Fiat Uno, conducido por Aldao, que, según testigos, corría una picada con otros dos vehículos. A raíz del impacto Domínguez murió en el acto y Becerra sufrió heridas por las que debieron realizarle 15 operaciones en las piernas. Además perdió la visión del ojo izquierdo. Aldao, que en ese momento tenía 28 años, escapó y horas después fue detenido en su casa de Ramos Mejía, donde se secuestró el auto que presentaba quemaduras por un incendio que peritos calificaron de intencional. Por su parte, Natalia Becerra, realizó declaraciones, y dijo : "Esperábamos otra cosa de la Justicia. Está comprobado que él venía a altísima velocidad, fue un monstruo. Creo que la vida de Fanny no vale cuatro años y ocho meses y a mí, mi ojo, en cuatro años y ocho meses, no me va a volver a funcionar. En cuatro años y ocho meses, a mí no se me termina el dolor. Un asesino no tiene por qué estar suelto".