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Nos tiene ya un poco acostumbrados este año, el equipo, a los vaivenes, y a los distintos estados de ánimo. Cuando parecía que el equipo no funcionaba, no arrancaba, como sucedió tras esa serie interminable de empates ( algunos aceptables, y otros, incómodos ), el equipo de golpe, empezó a ganar, a mejorar su juego, y a despertar un fuerte optimismo. Cuando parecía que Morón, gracias a esa levantada, se mezclaba entre los que peleaban la punta, de golpe, pierde el invicto, vuelve a jugar mal, muy mal, y regular. Con lo que se cae nuevamente de los primeros lugares de la tabla, y la gente que se impacienta, y se genera un clima, y un ambiente de preocupación en vistas al futuro. Y ahora, cuando parecía que la cosa se pondría muy espesa, difícil, se destapa con un gran triunfo de visitante ante un Témperley en levantada, con buen juego, sobre todo en el segundo tiempo, que se pudo ver al Morón que todos desearían ver sábado tras sábado. Por eso, la tranquilidad nunca debe faltar, porque con tranquilidad, se piensa mejor, y se decide mejor, sin apresurarse, y tampoco, sin demorarse. Esta vez, no hubo apresuramientos, y eso esta muy bien. Será, entonces, cuestión de que el equipo, y su técnico encuentren como lograr regularidad, equilibrio, y asi poder afirmarse en el juego, los resultados y la tabla. Todavía hay tiempo, mucho, como para mejorar y poder pensar y soñar que el ascenso es una materia que esta pendiente desde hace mucho, pero que este año, quizás, con mucha concentración, bastante esfuerzo, y suerte también, sea una materia que se pueda aprobar. Que asi sea.
